domingo, 21 de enero de 2018

“Que ningún pibe nace chorro y que si es chorro, ahí debemos estar”

“Que ningún pibe nace chorro y que si es chorro, ahí debemos estar”


Inspirado en los tantos viajes de colectivos. En este viaje escuché el relato de tres chicos que hablaban de como los perseguían por solo ser “Portadores de cara”

Estar entre los pibes te hace ser el personaje secundario que escucha las historias de ellos, que la viven en primera persona, en la calle, con la realidad frente a sus ojos y vos sos solo el mediador de transformar eso en algo positivo para su vida, en un aprendizaje.
Saber la realidad hoy de los pibes no te asegura nada, cuando ya escuchaste de todo y crees que nada mas te puede sorprender, llegan con nuevas historias donde toda la zona de seguridad para dar respuestas se cae y la tenes que acomodar mientras tenes que dar esa respuesta. 
"Portadores de cara" miles de veces escuchado, pintada esa frase en algunas remeras, banderas, la utopía hecha realidad de luchar por los pibes, pero eso no puede ganarle a la impotencia de escuchar que el chico se reconoce así, con la naturalidad. 
La situación era la siguiente: Tres chicos sentados en el fondo del colectivo hablando sobre la noche anterior que fueron a ver Independiente- Racing, entre esa charla uno comenta que la gente estaba con los celulares re descuidados y que robarse uno era fácil (esto produjo que la gente del colectivo empiece a mirarlos, no como tres simples chicos, si no con la mirada de etiqueta descartadora). En el partido, comentaban, que hicieron tres controles porque habían robado ya, a lo cual uno le dice al otro: 
- En los tres controles me ponían a mi primero en la fila los policías, me tenían fichado.
- Y si (le responde), si sos negrito siempre vamos a ir primeros para ellos.
- Sí, pero (agrega con una sonrisa) la tentación estaba pero no iba a robar ahí, ademas que estaban controlando todo. Yo quería ver el partido.
Fácil es decir que los jóvenes están perdidos, señalar, "cuidado con el de la gorrita", pero que difícil es sacarse la venda de los ojos, ver que los pibes nos necesitan, necesitan que los escuchemos, acompañemos, mostrarles que otros mundos son posibles, o algo más sencillo, que los miren con una sonrisa, que reciban un abrazo en vez de una mirada que lo aleja, que no lo mira como persona si no cómo algo. Basta de discursos bonitos, de llenarnos la boca con ellos y pasemos a estar en medio de ellos.

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